En este reto quiero hacer una reflexión sobre la desigualdad de género en el medio en el que trabajo, el medio penitenciario. Para ello me he basado en una noticia de prensa publicada en LA VANGUARDIA, con el siguiente enlace: 

https://www.lavanguardia.com/vida/20200303/473955576594/8m--la-estancia-en-prision-perpetua-la-desigualdad-de-las-mujeres-presas-un-77-del-total-de-los-reclusos.html

La noticia se titula: “La estancia en prisión perpetúa la desigualdad de las mujeres presas, un 7,7% del total de los reclusos”, y se basa en el estudio realizado por la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía que denuncia que las condiciones de cumplimiento de una condena en el Estado español son más duras para las mujeres que para los hombres, ya que las mujeres en prisión están en minoría, solo representan un 7,7% de la población penitenciaria.

Hay factores que agravan la situación "una mayor precariedad de espacios y, en consecuencia, peores condiciones de alojamiento"... Asimismo, al existir pocas prisiones para mujeres, se amplía la lejanía de su entorno familiar y afectivo..”.

Efectivamente, en las prisiones actuales existe solo un módulo destinado a mujeres, y el resto (13 o 14 módulos) son exclusivamente de hombres. Aún existen en España tres prisiones de mujeres, Alcalá de Guadaíra (Sevilla), Madrid I y Ávila. Y hay prisiones que son exclusivamente de hombres como la de Sevilla II en la que yo trabajo.

El segundo: “.. habitualmente existe un único módulo destinado a mujeres en el que no se separa a las internas atendiendo a criterios de clasificación, por perfiles criminales, edad, adicciones, salud mental o características penitenciarias...”.

Es cierto, pueden convivir internas que han cometido un delito leve que denota menos peligrosidad (estafa) con asesinas con problemas mentales, y al no existir más módulos destinado a mujeres, tienen que convivir en el comedor, patios, celdas… Esto no ocurre con los hombres que sus módulos de distinguen según estén en primer grado (muy peligrosos) o en segundo grado, o incluso los que tienen problemas mentales. 

Por otra parte, “Las ofertas formativas y laborales, tienen que ver con tareas de costura o limpieza, por lo que reproducen las limitaciones sexistas y reducen las oportunidades de reinserción laboral en el exterior”. Así, los hombres suelen hacer trabajos como mantenimiento o reparaciones, en los que las internas no participan, pues al taller de mantenimiento ellas no acceden, en prisión todo esta pensado con la separación de sexo.

Hay una cuestión que no se menciona en el estudio, y que a mí siempre me ha parecido una discriminación de género, no para la mujer, sino para el hombre, y es que en prisión sólo a la madre se le deja tener hasta los 3 años de edad a sus hijos consigo. En principio, creo que es un problema de espacio, pues las madres están en un módulo aparte del resto de las mujeres con sus hijos “el módulo de madres” y debido a la separación por sexo que se hace en prisión no es viable que un hombre esté en estos módulos con sus hijos.

En este ámbito no veo que la socialización diferencial de niños y niñas pueda ser el origen de la desigualdad de género expuesta, sino problema de espacio y  limitaciones económicas en los presupuestos.

Así por ejemplo, se podrían ejecutar más módulos destinado a mujeres, con talleres propios, incluso hacer un módulo de padres con hijos a su cargo. También creo necesario que en los módulos de mujeres habría que hacer las separaciones que existen para el resto de la población penitenciaria, para evitar que una interna peligrosa pueda extorsionar, o incluso contaminar a otra que ha ingresado sin muestras de peligrosidad alguna.


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